En comparación con el ser
humano, la mantis es un insecto muy antiguo, llevan en la tierra unos
30 millones de años más que nosotros. Ésta mantis en concreto, la
mantis orquídea (Hymenopus coronatus) vive en los bosques donde
crecen las flores llamadas orquídeas, en Malasia, Indonesia,
Tailandia, Birmania y Sumatra. Con sus anchos pliegues en forma de
pétalo y sus asombrosos colores, esta mantis parece una de las
orquídeas entre las cuales se esconde, lo que hace que tenga el
disfraz perfecto para que los depredadores, como aves y lagartos,
crean que se trata de una orquídea más y la dejen tranquila.
Esta mantis es como una
trampa mortal, quedándose muy quieta esperando a que pase una
víctima. Su único movimiento consiste en balancearse suavemente
como si fuese una flor mecida por el viento, haciendo así que
cualquier insecto que se pose en la orquídea para alimentarse de su
néctar sea atacado por la mantis, extendiendo velozmente sus patas
delanteras y atrapando a la víctima, ensartandola con sus garras y
las afiladas púas de sus patas para impedir que pueda escapar.
La mantis se come viva a su
presa, cortando trozos de carne con sus afiladas mandíbulas y
masticándolos hasta triturarlos para poderlos tragar. Este insecto
carnívoro tiene buen apetito y consume todas las partes blandas y
jugosas de la víctima, pero no las partes duras como las patas y
alas. Una vez la mantis ha terminado de comer, se limpia
cuidadosamente cada púa de las patas, y se prepara para engañar a
su próxima víctima.
Existen algunas diferencias
entre los machos y las hembras, por ejemplo, la hembra dobla en
tamaño al macho, aunque ella no es tan ágil volando cómo lo es el
macho, otra diferencia está en el color de las alas, mientras que
las de la hembra son de un color pálido, las del macho son
transparentes.
Como otras mantis
religiosas, éstas son seres solitarios excepto en la época de
reproducción, momento en el cual el macho y la hembra se buscan para
reproducirse, si hay varios machos cerca de una hembra, estos pelean
y sólo uno de ellos logra reproducirse. Una vez ha terminado el
apareamiento, la hembra se come al macho.
Los huevos de la mantis de
las orquídeas se desarrollan en el interior del cuerpo de su
madre,que después los deposita en una espuma. De tres a seis meses
más tarde salen las crías, que de un color rojo vivo, fingen ser
hormigas picadoras (Formicidae) para confundir a los depredadores. A
medida que van creciendo, realizan la muda (cambio de piel) varias
veces.
CURIOSIDAD
La mantis de las orquídeas
no persigue a su presa, por lo que ha desarrollado otras maneras de
detectar a posibles víctimas. Con sus ojos redondos y grandes que
sobresalen a ambos lados de su cabeza, la mantis puede ver en todas
las direcciones sin necesidad de darse la vuelta. Su cuello es tan
flexible, que puede girar la cabeza para verlo todo.
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